miércoles, 10 de junio de 2015

La Civilización del Amor

Hoy, más que nunca, es necesario construir “La Civilización del Amor” que no puede tener mejores cimientos que dentro de la estructura familiar.

La civilización es siempre una expresión del hombre; y el amor, la demostración de un hombre pleno.

A la familia le corresponde, entonces, construir la civilización del amor, es decir, una cultura impregnada de valores, que le permita al hombre desarrollarse integralmente y que pueda permear a otros ambientes.

Solamente cuando la familia vive en la verdad, vive también su dignidad de transmisora de amor, generosidad, respeto, comunicación, fidelidad, obediencia, responsabilidad, sinceridad, honestidad, entre muchos otros.
Obediencia a aceptar con prontitud los ejemplos del comportamiento humano, los contratiempos, el dolor. Responsabilidad de dar testimonio a los hijos y conducirlos con amor y firmeza, permitiendo que afronten las consecuencias de sus acciones. Responsabilidad de los hijos para con los padres, de responder con generosidad.

Dar cosas materiales es relativamente fácil. Lo difícil es dar la vida, es darse. Dar un pedazo de mi ser, una partícula de mi espíritu, el desgaste de mi cuerpo, el tesoro de mi tiempo, la vibración de mis sentimientos, el sentido entero de mi vida, toda mi existencia: construir el corazón de los demás con los pedazos de mi corazón.

Jamás permitir que dentro de la familia, se rompa la comunicación; fomentar la confianza, abrir canales para que cada hijo pueda decir lo que siente o piensa sin temor a ser reprendido o juzgado. Uno de los primeros problemas que ha tenido el hombre desde que es hombre es el de no saber comunicarse de manera adecuada y esto separa en lugar de unir. Por lo tanto, es necesario trabajar y esforzarse para que dentro de la familia haya constantemente una sana comunicación.

En cuanto a la fidelidad, es necesario que cada integrante de la familia sea fiel a la palabra dada y leal a sí mismo, ya que esto engrandece su dignidad de persona.

Es preciso que la familia actual sea valiente para ir muchas veces contra corriente. Y esto se podrá llevar a cabo en la medida en que esté unida, que esté fortalecida en los valores humanos y cristianos y que tenga como principal socio a Jesucristo, el mejor maestro.

Es indispensable que la familia esté abierta a la vida, cortando de raíz esta mentalidad hedonista que se está filtrando cada día más dentro de las familias, incluso de las familias cristianas. La verdad no puede ser medida por la opinión de la mayoría. Reconocer a Dios como único Señor de la vida y de la muerte de las personas humanas.

Vivir en plenitud, es vivir los valores morales y humanos dentro de la familia y luchar día a día para que no queden erradicados, sino multiplicados, enseñados y aprendidos por cada uno de los seres que habitan el planeta Tierra.

Sólo así podrá ser posible vivir la delicia de construir una “Civilización del Amor” en los albores del Siglo XXI.

La Iglesia y los Medios de Comunicación Sociales

 Los Papas usando los medios de comunicación
Con Pío XI (1922-1939) se inicia una tercera gran etapa cuya mejor estampa del recuerdo es el mensaje transmitido por Radio Vaticana al mundo, el primero en la historia del Papado. Fue él quien esbozó la primera aproximación sistemática al campo de la massmediologiacon la «Carta Encíclica Vigilanti Cura».
Se trata de un documento sobre la importancia, poder, popularidad e impacto del cine, además de ofrecer líneas morales sobre la misma producción cinematográfica. A él se debe también la declaración de san Francisco de Sales como patrón de los periodistas católicos.
Ante el creciente impacto del cine, Pío XII dio continuidad al tema con la «Exhortación Apostólica a los representantes del mundo cinematográfico, La película ideal». La Exhortación ofrece una aproximación a este campo subrayando la importancia del arte cinematográfico, qué se entiende como una «película ideal» y cómo ésta puede llegar a ser un instrumento eficaz de elevación, educación y mejoramiento para las personas; profundiza en el objeto del cine –su contenido–, en relación al auditorio y en la presentación del mal.
Algunos años más tarde el mismo Pío XII volvería al tema pero no se quedaría sólo en él: la carta encíclica Miranda Prorsus, del 8 de septiembre de 1957, extendería las consideraciones a la radio y la televisión. Las reflexiones de la encíclica respectan a puntos muy específicos de la libertad de difusión y los errores que de una mal entendida práctica se derivan. Los enuncia y después baja a aplicaciones en las tres realidades estudiadas: el cine, la radio y la televisión. Un año más tarde, el 21 de agosto de 1958, Pío XII declaraba a santa Clara de Asís patrona celestial de la televisión.
Juan XXIII confirmó los documentos de Pío XII con la Carta Apostólica-Motu proprio Boni Pastoris, del 22 de febrero de 1959. Finalmente, es del 4 de diciembre de 1963 el Decreto Conciliar Inter Mirifica, sobre los medios de comunicación social, firmado por Pablo VI.
Con apenas dos capítulos, Inter Mirifica es el primer documento nacido en el seno de uno de los actos más solemnes de la Iglesia como lo son los Concilios, evidenciando así el protagonismo y la actitud que frente a los medios de comunicación se asume en adelante. Hay tres números de especial relevancia en el Decreto: en el 18 quedan establecidas las Jornadas Mundiales para las Comunicaciones Sociales (JMCS, en adelante), en el 19 se formula la petición de extender «los deberes y competencias» de la entonces Pontificia Comisión para Cinematografía, la Radio y la Televisión, y en el 23 se manda la publicación de una Instrucción Pastoral.

La Moral Católica de la Vida Pública.

1. ¿Qué es la moral católica?
La moral católica es el conjunto de las normas que enseñan al hombre cómo debe comportarse para vivir según Dios, y así realizarse así mismo y alcanzar después de esta vida la felicidad eterna del Paraíso.
2. ¿Es posible resumir en pocas palabras la enseñanza de la moral católica?
Se puede resumir en pocas palabras la enseñanza de la moral católica diciendo que la cosa más importante, es más, la única cosa verdaderamente importante es vivir, crecer y perseverar hasta el final en la gracia de Dios, observado los mandamientos y evitando el pecado, sobre todo el pecado mortal, para merecer así la felicidad eterna.
3. ¿Es difícil practicar la moral católica?
La moral católica es exigente y comprometida, porque nos propone un ideal altísimo, el de vivir como hijos de Dios, pero somos ayudados en nuestro camino por los ejemplos de Nuestro Señor Jesucristo, de la Virgen María y de los Santos, y sobre todo por la gracia del Espíritu Santo que nos da en los sacramentos y podemos siempre pedir en la oración. La dificultad del empeño es después compensada por aquella gratificación, paz y alegría interior que derivan de la conquista de todo gran ideal.

La Moral Cristiana de las Relaciones con Dios

El Poder Curativo de las Oraciones.
Diversa investigaciones buscan comprobar los efectos de la oración en diversos aspectos como en la salud de las personas.
Entre 1980 y 1990, el cardiólogo Randolh Byrd, en la unidad coronaria del Hospital General de San Francisco(Estados Unidos), realizó la siguiente investigación: con 400 pacientes formó dos grupos.
Por un grupo se rezaría y por el otro no. Los pacientes ignoraban que serían objeto de la oración de intercesión o de petición a Dios.
Al terminar la investigación, los problemas cardio-pulmonares mejoraron.
Otras investigaciones posteriores confirman que la oración mejora la salud

martes, 12 de mayo de 2015

                                       Presentación 

Hola , mi nombre es Julia, y he creado este blog como un trabajo de clase. Aquí mostraré mis ideas con respecto a La Religión. Espero que les guste.